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Kristau doktriņa guztiaren esplikazioaren saiakera (1)
Jose Ignazio Gerriko
1805, 1858

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      [Literaturaren Zubitegia]

 

Iturria: Cristau doctriña guztiaren esplikazioaren sayaquera (Lenengo liburua edo tomoa), José Ygnacio de Guerrico. Mendizabalen alargunaren moldiztegia, 1858.

 

 

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BREVE NOTICIA DEL AUTOR Y SUS ESCRITOS

 

        El Señor Don José Ignacio de Guerrico nació en la Villa de Segura el dia 5 de Enero de 1740. Sus Padres Don Marcos, hijo de la misma, y Doña Anestasia de Enalarriaga, de Mutiloa, pertenecian á familias muy honradas. Paso su infancia al lado de sus Padres, y habiendose instruido con perfeccion para la edad de trece á catorce años en la lectura, escritura y Gramática latina, marchó á Madrid á la compañia de su tio Don José de Enalarriaga, Ministro de la Sala de Almonedas del Sacro y Real monte de Piedad, y Archivero de la casa del Excelentisimo Señor Marques de Monte-alegre, Conde de Oñate. Habiendo observado en este jóven un despejo estraordinario el Señor Don Felipe de Altolaguirre, hijo de Ataun y Caballero de la distinguida orden de Santiago, del consejo de S.M. y Contador general del Supremo de Indias, le llevó á su casa y compañia con el beneplácito de su Señor tio en clase de dependiente y con destioo en su despacho. En esta época estudió la Filosofia y Teología en el Real Colegio de San Isidro; pero á fines del año de 1761 falleció dicho Señor Don Felipe sin testamento; se procedió á la formacion del inventario, y por el Juez de la Testamentaría, Don Jacobo Joves, fué nombrado el jóven Guerrico depositario de todos los bienes que pertenecian al difunto Altolaguirre, cuyo encargo desempeñó á satisfaccion completa. Por Octubre del año de 1762 ocurrió, la muerte del único Beneficiado de la Parroquia de Mutiloa, Don Juan de Tellería. El jóven Guerrico hizo la correspondiente solicitud de esta pieza ecelesiástica al Excelentísimo Señor Marques de Balmediano, Patrono de aquella Iglesia, y obtenida su presentacion, pensó en abandonar la Corte; pero antes de su salida hizo formal entrega de todos los efectos de la espresada Testamentaria con intervencion del Señor Juez en la persona de Don Juan Antonio de Aramendi, vecino de Madrid, y la del dinero en la del Señor Don Miguel de Altolaguirre, hermano del difunto Don Felipe y Cura Párroco de San Juan de la misma Corte.

        Desembarazado ya de todo negocio, volvió á su pueblo de Segura á la compañia de sus amados Padres, con ánimo resuelto de ordenarse de Sacerdote. Muy pronto, en efecto, recibió las sagradas órdenes y ya en 1764 servia personalmente su Beneficio de Mutiloa. Bien pudiera haber obtenido piezas ecclesiásticas mas pingües por las buenas relaciones que tenia en la Corte; pero prefirió siempre el rincon de Muliloa á las mejores Ciudades. Eu efecto, allí pasó sus días ocupado en su sagrado Ministerio, siendo un perfecto modelo de virtud para todo el Clero y pueblo bascongado.

        Mas, no se contentó el Señor Guerrico con el exacto desempeño de las funciones de verdadero ministro del Crucificado, dedicándose al confesonario y púlpito, sino que como escritor se esmeró en instruir al pueblo cristiano. En efecto, escribió la presente obra de Pláticas bascongadas, en las que se esplica con estension y claridad el catecismo del P. Astete. Mucho trabajó, y muchos fueron los pasos que dió á fin de que su obra viera la luz pública para la sólida instruction religiosa de sus paisanos; pero tuvo el sentimiento de concluir la carrera de sus dias sin conseguir lo que tanto anhelaba.

        Por el año de 1805 ofreció su obra al M.I. Clero del Arciprestazgo mayor de Guipuzcoa con una esposicion que se presentó en la Congregacion ordinaria del dia 9 de Julio; en la cual se dió comision á los Señores D.r Don José Feliz de Amundarain, y Licenciado Don José Javier de Ayerbe, Vicarios de Mutiloa é Idiazabal para que examinasen la obra con toda detencion, y presentasen su descargo en la inmediata reunion, para en su vista acordar le conveniente.

        La Comision cumplió con su cometido. y presentó en la siguiente Congregacion la censura de esta obra; y el Congreso que oyó su lectura con suma satisfaccion, se convenció de la utilidad y grandes ventajas que resultarían al pais bascongado de su pronta publicacion. Pero como el M.I. Clero, sin embargo de que deseaba vivamente la impresion de la obra, se hallaba en aquellas circunstancias muy agoviado con mil gravámenes para costearla, segun se lée en su acuerdo, nombró Comisionados para que invitasen á los impresores de San Sebastian y Tolosa á que se encargasen de la publicacion de la obra á su costa y riesgo; mas habiendo visto el Autor, que estos no aceptaban la invitacion, y que por lo tanto no era posible su publicacion en aquella época, la pidió al M.I. Clero, y se le devolvió sin dificultad alguna. En esto sobrevino la guerra de la independencia, mientras la que no pudo hacerse gestion alguna.

        Tres años despues de ajustada la paz creyó sin duda alguna, el Señor Guerrico habia llegado la época oportuna para nuevas gestiones, y por Marzo de 1817 presentó una esposicion al Señor Corregidor de Guipuzcoa pidiendo licencia para la publicacion de su obra. Pasó la solicitud al Real Consejo dicho Corregidor, haciendo presente que la obra habia sido ya examinada y considerada digna de publicarse; y que para el efecto tenia también la aprobacion del Ordinario Diocesano. Pero por Setiembre del mismo año el Real Consejo acordó que se le remitiera la obra original para examinarla nuevamente y darla despues el conveniente curso.

        Esta inesperada providencia no agradó, como era natural, al Serior Guerrico, que deseaba una resolucion pronta y definitiva; y por Febrero del año siguiente, hizo un recurso á S.M. en el que manifestando los obstáculos que encontraba en el Consejo para la publicacion de su obra, solicitaba su Real licencia para su impresion. Pero S.M. mandó que pasase al Consejo; el cual fué de parecer de que se ordenase al Autor tradujera su obra al Castellano para examinarla. El M.I. Clero que descaba vivamente favorecer con su influencia al Señor Guerrico en este negocio, apenas tuvo noticia de una providencia tan estraña, recurrio tambien por su parte á S.M. con una esposicion enérgica, haciendo mencion de la que elevó el Señor Guerrico; pidiendo que no se le obligase á cumplimentar la providencia dictada por el Consejo; y suplicando se dignase hacer la gracia de favorecerle con su Real licencia para la impresion de su obra, alegando para ello poderosas razones.

        No parece que este recurso del M.I. Clero tuviese tampoco el resultado que tanto se deseaba; ni se halla documento, ni noticia alguna posterior sobre este asunto; y es muy probable que los trastornos políticos de los años siguientes paralizasen todo. De modo que el Señor Don José Ignacio de Guerrico bajó al sepulcro el dia 23 de Febrero de 1824 á los ochenta y cuatro años de su edad sin haber tenido el consuelo de que sus escritos vieran la luz pública en sus dias.

        El M.I. Clero en sus Congregaciones generales de los años de 1847, 48, y 49, deliberó nuevamente acerca de la publicacion de las obras asi del Señor Guerrico, como de Don Juan Bautista de Aguirre, Rector que fué de Asteasu y Diputado general del mismo Clero; y por fin acordó la impresion de ambas. En efecto obtenida la licencia del Escelentísimo é Ilustrisino Señor Obispo de Pamplona, se dió principio con la obra del Señor Aguirre, pero tambien en esta ocasion se vió precisado el M.I. Clero á suspender la publicacion de la del Señor Guerriko hasta otro tiempo mas oportuno; por cuanto no tenia medios para costear a la vez ambas impresiones. Por fin facilitada felizmente ahora por el desprendimiento de una respetable Señora, que ha dejado en el pais no escasos sentimientos de su piedad y beneficencia, se ha realizado al cabo la impresion de dicha obra con todo esmero y cuidado; y sale á luz á los cincuenta y ocho años de haber sido escrita por el Autor y á los treinta y cuatro de su fallecimiento.

        No será fuera del caso hacer aqui mencion de otros escritos del mismo Señor Guerrico, muy apreciables seguramente y que por desgracia aun quedan ineditas.

        Y son: 1.º Un extracto ó compendio de las Platicas bascongadas comprendidas en la presente obra, en Doctrinas cortas de seis minutos, poco mas ó menos, cada una, con alguna declaracion y algunas pequeñas reflexiones en los puntos mas necesarios, para que no se omita, (dice el Autor) á lo menos esta corta esplicacion aun en circunstancias en que el Párroco tenga poco tiempo para el púlpito, y se instruya á todos con frecuencia con poco trabajo y sin enfado de los oyentes. Este Compendio escribió el Señor Guerrico el año de 1806.

        2.º La letra del Evangelio con una breve esplicacion, desde la Dominica 1.ª de Adviento hasta la Quincuagésima inclusive; que son catorce en todo.

        Y 3.º Un brevísimo compendio de la Historia sagrada en pocas hojas.

        Tampoco dejará de ser oportuno poner en noticia de los Señores Suscritores á esta obra que el Señor Don Agustin de Otaegi, Rector que fué de la Parroquial de Beizama, escribió tambien una Coleccion de Platicas bascongadas, que dejó á su propia Iglesia, y su impresion es deseada tambien por cuantos tienen conocimiento de ella.

J.J.I.

 

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